domingo, 12 de diciembre de 2021

Hoy Respiramos

¿Alguna vez vieron en algún auto ese sticker que te interpela con un “¿Ya respiraste hoy?”?

Bueno, pay attention.

Soy una fiel seguidora de Jonas Parandian, un sueco encantador que se dedica a la naprapatía, un método que combina medicina natural, quiropráctica, fisioterapia y osteopatía.

Pueden seguirlo en @naprapatjonas. Sube ejercicios súper innovadores que ayudan a despertar el cuerpo y a optimizar todas sus funciones, haciendo incapié en las articulaciones. Ya con ver su complexión nomás uno confía en que este muchacho hace lo que hay que hacer.

Gracias al maravilloso “Ver traducción” al final de cada posteo de Jonas (salvo que hablen sueco y no lo necesiten, claro) pueden beneficiarse de la lectura detallada de la técnica en cada caso, aunque de por sí siempre el ejercicio propuesto es un video y es muy claro sólo con la imagen.

“¿A qué viene todo esto?” pensará la gente con mucho fuego en la carta… Banquen al toro muchachos.

Ayer el amigo Jonas compartió un reto de 20 días de meditación y respiración. Lo sé, no me digan nada, ya “reto” y “20 días” los tiene al borde del close, verdá? Coraje que estamos hablando de 2 módulos de 5 MINUTOS POR DIA, no me digas que no podés Mabel. Decime que no querés.

El post de Napra captó mi atención de inmediato porque es un hábito que hace años que quiero instalar como parte de mi rutina diaria… pero siempre surge algo, no?

Meditar suena complejo, a montaña, a Nepal (¿), pero es sólo RESPIRAR. Nada más que respirar. Es ahí donde se complica.

Es difícil. Porque es nuevo. Hay una frase hermosa de J.W. Goethe que todos tendríamos que tener enmarcada en casa: “Everything is hard before it is easy”: Todo es difícil antes de volverse fácil. Aprendiste a caminar. A leer y escribir. Esto es pan comido.

En el caso de que ya seas un meditador sostenido, ahora si: close! Podés cerrar, o no, qué se yo, quédate a chusmear por ahí. Y aportanos tu experiencia. Contános qué onda.

Si estás pasado de rosca (y sino también, pero menos) es me-nes-ter respirar/meditar. Es como ir a boxes, no podés seguir con esos neumáticos aunque parando te juegues la carrera. Con las gomas en ese estado ya estás jugadísimo papi.

Jonas nos explica (y es sólo un recordatorio) que a largo plazo el stress nos genera: depresión, ansiedad, problemas digestivos, tensión, dolores de cabeza, problemas cardíacos, inmunológicos… sigo o ya te inscribís?

Ninguna parte de nuestro cuerpo es inmune al stress.

MEDITAR ES LA MEDICINA. Reduce los dolores, las inflamaciones, mejora el sueño, el ánimo, nos vuelve más tranquilos. Y, lo más importante, aumenta la conciencia corporal. Nos permite estar presentes en nuestros 5 sentidos, en lugar de en la cabeza todo el día… no te suena a paraíso?

Qué hay que hacer? Sentarnos a respirar 5 minutos 2 veces al día durante 20 días explorando el silencio y la presencia.

Vamos a sentarnos cómodos, con los hombros relajados y los pies apoyados. Y, muy importante, con la panza floja. Jonas dice “vientre relajado de Buda”, una imagen muy contundente. Él no tiene panza, pero no viene al caso.

Entonces, programo una alarmita para dentro de 6 minutos -1 minuto me va a llevar instalarme-, me siento cómoda en algún lugar que pueda estar tranquila, apoyo los pies en la tierra (es una forma de decir, ojalá tierra, ojalá pasto), escaneo el cuerpo para dejar ir cualquier tensión y llevo la atención al aire. Inhalo y exhalo, sólo eso. Las manos puedo apoyarlas en los muslos o puedo entrelazarlas en el regazo.

Normalmente lo hago con ojos cerrados, el mantra So Ham es de gran ayuda para centrarme (cuando inhalo pienso SO, cuando exhalo pienso HAM - pienso el sonido, claro -, ham suena “jam”).

Dependiendo el día a mí cerrar los ojos me dispersa mucho, si sos de piscis no me quiero imaginar. Si cerrar los ojos te hace irte a la china o a planear la compra del supermercado, otra opción es posar la mirada en un punto fijo mientras respirás. Yo esta mañana me quedé mirando un árbol, una hoja específica, más linda era!

“No puede irte mal” dice Jonas, siempre volvés a vos. Siempre volvés a estar presente.

Es una práctica para ejercitar justamente eso, LA MAGIA DE ESTAR PRESENTE.

Cuando empezamos? HOY, obvio. AHORA cuando terminás de leer. Cuándo sino Mabel?

Y ponés una alarmita (que se repita todos los días) que te recuerde meditar 2 veces por dia en 2 horarios que consideres que son buenos y factibles para vos. Y lo sostenés a sol y a sombra. Como bandera. Si estás en algún lado que no sea tu casa estoy segura que podés vehiculizar esos 5 minutos. Encontrá la manera. Cuando algo tiene valor para vos le hacés espacio como sea.

Jonas no lo dice, pero te lo digo yo por si no lo habías escuchado: 20 dias, o 21, es el tiempo que lleva instalar un hábito. El “reto” son esos primeros 20, después es como lavarse los dientes, no es algo sobre lo que te debatís. Es parte de tu vida.

Si empezás hoy, tenés una cosecha increíble para el arranque del 2022.

Año Nuevo con meditación incluída, no me digas que no es un año prometedor.

Hoy respiramos. Y mañana también.

jueves, 25 de noviembre de 2021

Verde Esperanza

El fin de semana pasado volvimos en familia al mar después de mucho tiempo. 

Allí fuimos con Oli, felices pies descalzos en la arena, a emprender una caminata por la playa con nuestras miradas fijas en la orilla.

Buscábamos, en plan vehemente requisa, nuestros tesoros favoritos costeros: pequeños trozos de vidrio limados por la acción del mar. Redondeados, suaves y translúcidos, se transformaron en nuestro objeto fetiche playero.

Por un largo rato, recorriendo una distancia enorme, estuvimos abstraídas en la antojada tarea de vislumbrar el reflejo verde brillante de cada pedacito de cristal que se cruzó en nuestro camino.

Un buen tiempo más tarde, volvimos con más de cien gemas y el corazón latiendo encantado.

Que siempre podamos ver lo bello en lo ordinario, que cualquier vidrio se vuelva piedra preciosa.

jueves, 16 de septiembre de 2021

De Ramen y Ángeles

Hace unos días, charlábamos con mi hija mientras preparábamos lo que llevaría para almorzar ese día a la escuela. Era esa sopa china, suerte de ramen deshidratado, que se prepara en el vaso térmico en el que viene, agregándole agua hirviendo y dejándola reposar. Llevaba entonces también, además del dichoso vaso, el correspondiente termito con agua hirviendo.

De repente me apareció la idea de que, posiblemente, el agua no llegaría bien caliente al almuerzo, dado que faltaban casi 7 horas para que la fuera a usar. 

Me encontré diciéndole: Si el agua no estuviese caliente al momento de la comida, pedí ayuda. Andá a la sala de profesores. Ellos deben tener una pava eléctrica o un expendedor de agua ahí, va a ser muy fácil reponerla. A quien sea que acudas, va a estar encantado de ayudarte.

 

El paso de la niñez a la adolescencia, luego a la juventud y finalmente a la adultez, es arduo. Parece que pasamos del aura de mamá y papá resolviéndolo todo, a la autogestión más absoluta. Como náufragos en islas desiertas, deambulamos para arreglárnosla solitos. Cuando era chica el "yo no le pido nada a nadie" era bandera y todo. Algo de lo que se enorgullecían nuestros padres. Qué lo parió. 

 

Cuando tenía 22 años nos fuimos de viaje a Europa tres amigas. Antonio, quien era el jefe de dos de nosotras en ese entonces, vivía a medias entre Ámsterdam y Buenos Aires.

Este hombre nos llevaba 30 años, y era al mismo tiempo un par. Un buscador incansable de ojos azules que había vivido mil vidas en una vida.

Ya en Holanda él nos presentó a su familia y nos compartió su intimidad, él nos gestionó un piso donde alojarnos, él nos paseó y nos hizo conocer su mundo, y de alguna manera también, EL mundo.

Cuando partimos de su ciudad para seguir recorriendo otras, nos encontramos con varios desafíos interpelándonos en el camino.

Ante cada necesidad que nos iba surgiendo, una persona aparecía como por suerte de magia y nos tendía su mano. Nos divertíamos pensando y afirmando que eran enviados de nuestro amigo, una suerte de patrulla contratada por él para asistirnos ante cualquier inclemencia. Los apodábamos "Los Ángeles de Antonio".

 

Pasaron casi 23 años de ese viaje, y me vuelvo cada vez más consciente de la importancia de pedir y recibir ayuda, fluida y alegremente. Literalmente hay miles de manos alrededor dispuestas a ayudarnos, resultando en un regalo para ambos.

Qué importante confiar en la magia de este intercambio.

 

El ramen necesita agua caliente. 

No te las arregles solito. 

Hay ángeles por doquier.

 


sábado, 4 de septiembre de 2021

BANCAME RITA

Ayer, en hermosa juntada de amigas, mirábamos fotos viejas.

Este grupo es nuevo para mí, nos conocemos hace apenas unos años. Por esta razón, yo no las registraba en las fotos que iban apareciendo de 10, 20, 30 años atrás.

En algunas imágenes me era difícil reconocerlas.

Ahora, ¿no es menester ese cambio? ¿No es acorde al paso del tiempo?

¿Por qué a veces libramos la batalla de parecernos a quienes fuimos hace décadas? ¿No es una búsqueda absurda, desprovista de sentido, carente de toda lógica?

Nos teñimos para tener el pelo de nuestro color “natural”. ¿Natural en qué año?

Que se sepa, no sólo no lo estoy juzgando, sino que empecé a escribir este post con la tintura en la cabeza, porque ante todo coherente. Así y todo me interpela este intento por resistirme al paso del tiempo. Lo del teñido es simbólico, podría nombrar cualquier otra defensa en esta misma línea.

Este halago que se escucha muchas veces... “Estás igual!” (que hace 20 años, ponele), no es raro? ¿En serio nos parece maravilloso, y ponderable, encontrar que alguien casi no haya cambiado en esa parva de tiempo?

Pasan los años y nos pasan cosas, nos atraviesan las experiencias más diversas, sobreviene el deterioro. Es así, aunque nos cueste pensarlo envejecemos, cambia el cuerpo, cambia la piel, cambia el pelo.

¿No sería hermoso abandonar el intento de congelarnos? ¿No vamos medio en automático sosteniendo una imagen que ya venció? Creo que va mucho más allá del pelo. Ojalá fuera el pelo nomás.

Tengo una clienta que conozco hace un par de años, rondará los 55 años, digámosle Rita.

Ella era castaña cuando nos conocimos (teñida, claro).

Un tiempo después de nuestro primer encuentro, nos volvimos a a ver. Se presentó a nuestra cita con 10 cm de raíz de crecimiento. Me impactó muchísimo, me parecía imposible estar con la cabeza así. La imagen de la dejadez (?). Me educaron así, me hinqué hace mucho ante el mandato social de estar impecable, depilada, flaca, que se yó cuantas cosas más. Para peor me la contaron como “amor propio”. Qué miedo.

Volví a ver a Rita hace poquito, ya tiene toda la cabeza canosa. Juro por mi hija que la encontré hermosa, radiante, es más, pensé “ahora que lo pienso el castaño le quedaba como el culo!”.

¿Qué tal si me fío de la naturaleza, dejo de lado las convenciones y le doy una oportunidad a lo singular que hay en mí hoy?

Por ahora me cuesta confiar, pero un día de estos Rita, yo voy a ser como vos.

domingo, 5 de octubre de 2014

El regreso de "La 26"

Noche de Viernes. Cena familiar en parrilla del barrio. En cuanto llegamos, y la apoyan, atacamos la panera (un clásico, no?). En las casas ya no se compra pan francés, vió? Al menos en la mía. En una de esas, masticando, siento un crich crich. Un objeto pedregoso en la miga del pan. Muy fino todo, me saco el objeto en cuestión de la boca. La cosita, blanquecina, se parece mucho a… un pedazo de diente. Chan. Me rompí una muela, o el arreglo de la muela, porque a esta altura casi todas tienen chapa y pintura. Me toco. Siento un vértice afiladísimo que luego, a lo largo de la cena, insisto en rozarme con la punta de la lengua mientras agendo mentalmente el llamado a la dentista para el lunes.
Qué lindo che, ya se va armando la semana!

Como soy muy suertuda, consigo de toque, pal martes nomás. Ahí me encuentro con “aros” nuevamente, tanto tiempo amiga. Esta vez lleva uno de strasses (¿) blancos y azules, mucho más discretos que los del debut. Muy amigable todo, ya nos conocemos con María (sí, como la virgen, así se llama), así que todo muy relajado. Ponele. “Qué te trae por acá?” (ya un clásico a esta altura). Le cuento el episodio de la parrillita, me acomoda el silloncito, todo un primor. Casualmente ese día amanezco con un dolor de cuello infernal, que me dificulta bastante la movilidad. El miedo no es zonzo (sí, es con Z, lo busqué). Le señalo con el índice la muelita en cuestión, me la mira y con tono afligido (¡) me bate: “Uh, sí, se te rompió (la pieza en cuestión, no el arreglo, que sigue ahí espléndido). Qué Lástima!” (¿) Bue. Y sí che. Qué pecado María. Ella: “Bueno bichi (posta, “bichi” me nicknamea), acá vas a una coronita seguro”…

Antes de proseguir, me explica que necesitamos saber si la muelita en cuestión ya tiene hecho el tratamiento de conducto. Yo ya tengo 2 ó 3 conductos en mi haber, así que bien podía ser uno de los mismos. Fueron pasando los años, claramente no sé cuáles son, en qué piezas eran, son invisibles los conductos! Como al pasar le digo -porque pienso que las chances son bajas de que sea justo ésa-: “en la que seguro tengo conducto es en la 26” (se acuerdan de Omar, no?). El que acá esté perdido y no le suene el numerito, remítase a la crónica “La 26” y lo comprenderá todo. Luego ya puede retomar. Inesperadamente María sentencia: “Esta que se te rompió ES la 26”. La Ola. (te pasa que a veces que te divertís solito?). Yo, seria: “Entonces tiene conducto”. Va a la compu, mira la historia clínica. Ella: “Estás segura??? Mirá que no me figura conducto en esa pieza”. Yo: “Segurísima María”. La mina se preguntaría por qué un paciente va a recordar un conducto por el número de la pieza, no debe ser muy usual. Siempre y cuando no te haya atendido Omar, y no hayas escrito una crónica al respecto, y te hayas reído durante meses de eso. Pero no lo podía blanquear chicos. Ella también aparece en las crónicas, y es víctima de críticas despiadadas. Descartado.
Ella: “Vamos a hacer una plaquita así chequeamos, porque acá no me figura”. (Y dale con que no te figura. LPM María, qué ironía). “Plaquita”… tienen una licenciatura en diminutivos los odontólogos. En fin, ahí vamos. Rayitos. Revelado. Ella: “Uh, se movió. Salió mal. Vamos a tener que sacarla de nuevo”. Les recuerdo: Imposible remitirme al blog. Me fumo los rayos again con cara de póquer. Qué apostolado. Ahora sí. Ella: “Tenías razón! Tiene conducto!”. Y sí flaca! Pocas veces tuve tanta certeza de algo.

Con el cuadro completo, insiste con la coronita. Con una educación de la que mi madre estaría orgullosa, le explico que no, que no voy a una “coronita” ni en pedo, por lo que sale (luquita y ½, que no condice con el puto diminutivo) y, sobre todo, porque carezco de la disposición energética para fumarme 5 (cinco!) sesiones para el pernito, el moldecito, la pruebita y la mar en coche. Ni lo sueñes María. Me quedo con esa daga en la boca. Felizmente, a 72 hs de la fractura, ya está más limadita e incorporada a mi anatomía bucal. Ni la siento mirá. Aros me ve firme, así que planillita en mano –donde tiene el tarifario de torturas-, pela Plan B: “La Estética”. Y vaya coincidencia, cuesta casi como hacerse las gomas. Más que la coronita inclusive, pero con la tentadora ventaja de resolverse en… 1 sesión. Y clin caja. 2 luquitas. Queloparió. Estoica, me niego a la segunda propuesta (me hago la Mérida porque la pieza no se ve cuando sonrío, está claro, si fuese una paleta vendo el auto con tal de no mostrarte un agujero). Yo: “No María. En serio. Me quedo así. Vamos viendo” (expresión típica heredada de mi madre cuando no tiene interés en avanzar con algo. La utiliza como una salida elegante). Parece que la ética y deontología profesional no le permite dejarme ir así como así, agujereada, por lo que, meta revisar las planillitas, de atrás pa delante, de adelante pa atrás “Oh” aparece una solución mágica… y gratis. Ella: “Ya sé! Te puedo hacer una “incrustación” (acá no usa el diminutivo porque ya sería caer en un ridículo del que no vuelve), te cuesta sólo $468.- y te la cubre tu plan!” (aclaro que pago un palo verde de obra social, y de ese color estaba yo a esa altura de la indignación).

Asi que acá estamos che, con turno para el martes próximo para el arreglo gratarola de la 26 (sí, además, liquido el temita en una sola sesión).

Haciendo balance… qué paradoja. Cuando no estoy dispuesta a negociar, me sale el mejor negocio.

A tu salud Omar.

viernes, 15 de agosto de 2014

Pobre No

La otra vez participé de un encuentro, en el que una conocida tildó, en reiteradas ocasiones y hablando acerca de diferentes personas, de “pobre”. Y no hablaba de dinero, claro está.

“Pobre”, dado su óptica, por las circunstancias que esas personas atravesaban en sus vidas. Y me quedé pensando. Esos “pobre” me quedaron revoloteando. Lo consideré un concepto poco feliz, no desde la literalidad –lo que es una obviedad-, sino desde la elección misma de esa expresión para referirme a un otro que, desde una visión completamente reduccionista, puedo llegar a compadecer… vaya a saber uno con qué criterio.

No asevero que este término sea deleznable y no aplicable en ninguna circunstancia… unas pocas que lo ameritarán. Pero estoy segura de que lo usamos, la mayoría de las veces, con una liviandad y una soberbia sorprendentes.

Tiendo a ver los desafíos que la vida me presenta como procesos. ¿Quién soy yo para tildar a otro de “pobre”? ¿Dónde me estoy parando cuándo hago esa elección semántica nada inocente? ¿Es deseable que otro hable de mí bajo esa expresión?

Relaciono el concepto “pobre” con la impotencia. El que no puede. El débil.

Quiero creer que el otro siempre puede, puede lo que está haciendo. Todos estamos en proceso permanentemente. Y creo en el otro porque creo en mí. En definitiva yo siempre soy con el otro. En espejo. Yo quiero poder. Y que el otro también pueda. A su manera.


Asi que “pobre”, no. Pobre no.

sábado, 28 de junio de 2014

18 LECCIONES DE VIDA QUE QUIERO DARLE A MI HIJA

Elegir también es un acto creativo.
Esta vez no son de mi pluma las líneas, pero sí de mi sentir.
Encontré este lúcido post de Rebecca Lammersen en la web, y decidí traducirlo, humildemente, para poder compartirlo.
Con mínimos ajustes personales, aquí lo tienen en mi blog: Que lo disfruten!

18 LECCIONES DE VIDA QUE QUIERO DARLE A MI HIJA
1. No te esfuerces por ser querida, confórmate con ser tú misma, adáptate a ser tú misma.
A través de los años, he aprendido que la gente más popular es la más insegura. Es la que se rodea a sí misma de otros para esconderse de sus propias inseguridades. Cuando te conformas con ser tú misma, nunca admitirás que alguien no sea leal a sí mismo.
2. Come postre todos los días.
Todos los días regálate algo especial. No como una recompensa, sino como un privilegio. Es un honor degustar, disfrutar y regocijarte con el sabor de lo dulce. No te niegues este privilegio. Tienes una boca, tienen papilas gustativas, úsalas!
3. Dí “No” al menos una vez al día.
No seas complaciente. No puedes hacer todo y dejar contento a todo el mundo. Entonces dí “No”. Diciéndolo te respetas a tí misma y respetas tu energía. Créeme, la gente te respetará más, porque cuando digas “Sí” hablarás en serio. De esta forma nunca nadie cuestionará tu presencia ni tus intenciones.

4. Nunca te sientas culpable por alejarte de mí, por viajar o aventurarte.
Quiero que me dejes alguna vez para viajar lejos y que sólo me envíes una postal de vez en cuando. No te traje al mundo para luego resultar una carga. Te dí a luz para darte libertad. Te amaré siempre, a 30 cm., ó a 30.000 kilometros. Vé, sé tú misma.
5. Tendrás razón cuando pienses que la clase de derivadas es aburrida… y que nunca usarás eso en la vida.
Es cierto. Aunque la paciencia que estarás cultivando sentada ahí durante la clase, y la disciplina que apliques para resolver el problema, será una base que te permitirá perseverar en otros desafíos y experiencias que se te presenten en la vida. 

6. No esperes a casarte para tener sexo.
Sólo espera hasta que conozcas a alguien que te haga sonreír, que te haga reír a carcajadas, que te respete, que tome de la mano y que no tenga miedo de llorar frente a tí.

7. Si vas de shopping y algo te gusta, no lo compres inmediatamente.
Dale pausa. Sigue con tu día, vé a dormir y al otro día, si aún sigues pensando en eso, cómpralo.
8. Elige algo en lo que tener fe.
Si tienes fe, tienes esperanza, y cuando tienes esperanzas siempre ves un camino. Cuando ves un camino, nunca te das por vencida.
9. Pon atención al susurro interno, la panza revuelta y la piel de gallina en tus brazos.
Esas sensaciones no son sensaciones en absoluto, son tu voz interior llamándote. No escuches a la segunda voz, eso es sólo la duda. Y definitivamente no escuches a la tercer voz, que seguramente es la opinión de alguien más, no la tuya. Siempre y sobre todos, confía en ti misma.

10. Córtate el pelo corto al menos una vez en la vida, te liberará.

11. Encuentra tu Yoga.
No me importa si nunca haces un shirshasana en tu vida, sólo encuentra algo que calme tu mente, y entrégate completamente a ello. Encuentra algo que mantenga tu cuerpo y tu mente conectados, sanos y trabajando juntos, porque en momentos en que todo lo demás parezca desconectado, te mantendrá enraizada y centrada.

12. Reconoce tu don.
El universo te puso en la tierra con un legado, sólo tienes que descubrirlo. Y cómo lo descubres? Mira la vida como una travesía. Aprende todo lo que puedas, lee todo lo que puedas, baila todo lo que puedas, escucha todo lo que puedas, haz todo lo que puedas, viaja todo lo que puedas… porque así es como lo descubrirás. Ya está dentro de tí, sólo necesitas avivarlo, entonces enciende tantas llamas como puedas, y fíjate cuál de ellas se mantiene ardiendo. Esto aplica para elegir un compañero de vida, y también para los amigos.
hola a los extraños, sonríele a la persona que se siente a tu lado en el bar, y a la persona detrás tuyo en la fila del supermercado. Nunca se sabe, no sólo uno de ellos podría ser una llama eterna en tu vida, sino que además podrían ayudarte a descubrir tu don. Tu don es tu legado, el legado que te ayudará a servir al mundo.

13. Mira a tu alrededor y verás el mundo, tal como lo haces ahora.
Señala y alégrate mientras que ves un pájaro volando. Quédate con tu naricita pegada al vidrio mientras que miras la lluvia caer. Recoge una hoja ó una flor y sosténla como si fuera una joya. Pónla en tu mesita de luz y adórala. Si haces esto, cuidarás del planeta, y tal vez hasta puedas ayudar a sanarlo.
14. Siempre hincha por el más débil
…porque tiene el coraje de enfrentar al más fuerte.

15. Haz contacto profundo contigo misma cuando te despidas de alguien.
Pregúntate: Me siento animada y feliz? O me siento empobrecida y desmotivada? Si te sientes animada, la persona con la que acabas de estar es un dador, manténte cerca. Si te sientes empobrecida, esa persona es un enemigo para tu corazón. No te relaciones con ella y, sobre todo, no te disculpes por ello.
16. Escribe.
Tus pensamientos son valiosos e importantes. La mejor guía a la que puedes acudir es la que viene de tí misma. Escríbelos y léelos.
17. Limpia tu cuarto.
Como mantienes tu espacio, mantienes tu mente. Cuando las cosas están prolijas, la claridad se mueve con más facilidad.
18. Si sólo vas a recordar una cosa, que sea esta: Tú eres la persona más importante en el mundo entero.
Tú determinas tu propia dirección, y si confías en tu propia brújula, siempre te mantendrás en la senda correcta.

Hija, gracias por convertirme en tu mamá.
Te amo.